domingo, 21 de diciembre de 2008

Chillida o el espacio


“Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y que la gente caminara entre ellas como por un bosque”

Se ha cumplido el 30 aniversario del Peine del Viento, grupo de esculturas realizadas y colocadas en la costa de Donosti, por Eduardo Chillida, el escultor del espacio. Sus esculturas no son únicamente formas y materiales. Son, para mí, creaciones de espacio en su interior o, como en el caso de este Peine del Viento, transformación del espacio entre ellas y el entorno.

"Desde el espacio con su hermano el tiempo, bajo la gravedad insistente, con una luz para ver como no veo, entre el ya no y el todavía no fui colocado. El asombro ante lo que desconozco fue mi maestro. Escuchando su inmensidad. He tratado de mirar, no sé si he visto."

El Peine del Viento (Donosti) con el propio Chillida, en la plaza proyectada por Luis Peña Ganchegui
***
"Hace años tuve una intuición, que sinceramente creí utópica.
Dentro de una montaña crear un espacio interior que pudiera ofrecerse a los hombres de todas las razas y colores, una gran escultura para la tolerancia.
Un día surgió la posibilidad de realizar la escultura en Tindaya, en Fuerteventura, la montaña donde la utopía podía ser realidad.
La escultura ayudaba a proteger la montaña sagrada.
El gran espacio creado dentro de ella no sería visible desde fuera, pero los hombres que penetraran en su corazón verían la luz del sol,
de la luna, dentro de una montaña volcada al mar y al horizonte, inalcanzable, necesario, inexistente ..."

Proyecto Tindaya (Fuerteventura)
Ese cubo vaciado mide 50x50x50 m.
Las figuras que se adivinan en la foto dan la proporción real.

El mejor resumen del concepto de su obra está en unas palabras
del poeta Jorge Guillén:

“Lo profundo es el aire”

15 comentarios:

Elvira dijo...

Me pones los dientes largos, Juanjo. A ver cuando puedo visitar ese "bosque" de esculturas y el Peine del Viento.

Una litografía de Chillida que siempre estuvo en mi cuarto junto a la guitarra -en aquella casa de la placita-, sigue estando junto a ella aquí, a mi izquierda... mientras escribo esto.

Juanjo Albors dijo...

Pues has conseguido traspasarme la longitud de tus dientes pues, a pesar de mi pasión por Chillida, no tengo ninguna obra suya en casa. Imperdonable, lo sé. Deberé solicitarla a los Reyes Magos de Oriente, como tú con Zweig.

Anónimo dijo...

Querido hermano en el espacio y en otras muchas realidades:

Pocas veces puede uno sentir y decir que ha vivido una utopía realizada. Tú traes hasta aquí la utopía soñada y hecha realidad por Eduardo Chillida. Un lugar que he visitado varias veces y que sigue sorprendiéndome que exista: Chillida-Leku. Un poema puede llegar a ser inhabitable. La poesía material de Chillida siempre es habitable. Esperemos que su último sueño (Tindaya) pueda ser algún día habitado.

Muchas gracias y un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Treinta años es una edad espléndida, hasta para unas esculturas. Jóvenes, pero con la suficiente madurez para ser juzgadas por el tiempo.

Desde el espacio, con su hermano el tiempo...y añadiría que con el envoltorio de la emoción. El arte de Chillida despierta emoción y evocación.

Hacen falta más utopías y esculturas para la tolerancia.
Gracias por tu poético homenaje a este escultor. Recuperemos las utopías, Juanjo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estimado Juanjo, desde aquella tarde, -si la memoria no me falla era una tarde de domingo-, miro a Chillida con otros ojos, mucho más abiertos, mucho más emocionados. Le siento y le miro con vuestros ojos, con los de Elefante y con los tuyos.

"Un mapa del mundo que no incluya a Utopia no merece la pena mirarse" -afirmaba O. Wilde-, ¿cómo no creer en la Utopia? ¿Cómo no admirar la Utopia realizada de Chillida?

La Utopia es necesaria y bella, y la belleza me emociona porque puede salvar el mundo.

Me ha emocionado tu entrada dedicada a Chillida, me ha emocionado ver mi nombre cerca de Chillida. Seguro que encontraremos ocasión para nuestros temas pendientes de afectividad con el gran esculltor. ¿Quizás con Bach de fondo? Emociones aseguradas.

Muchas gracias Juanjo por tu contribución a la intensidad de mis sensaciones y emociones. Muchas gracias por el enorme privilegio de pensar em mí, un día dedicado a Chillida.

Enhorabuena por "Chillida o el espacio". Elefante y tú habéis hecho un trabajo espectacular.
Un beso.

Anónimo dijo...

Os felicito por ayudarnos a evocar estas grandezas. Puedo presumir de haber estado ahí, en el Peine de los Vientos -aquí se dice en plural-, hoy mismo, durante la mañana fría y desapacible del domingo. Así de solitario estaba el escenario, teñido de ese mismo gris que apreciamos en la foto; doy fe. En realidad éramos tres: el viento, Chillida y uno mismo, el que escribe, "entre el ya no y el todavía no" como sentía él. Me costó asimilar el mundo de Chillida y creo que todo se consumó al visitar la "utopía de Hernani".

Anónimo dijo...

O también,
alcanzable, innecesario, existente.
O por lo menos eso es lo que me ha hecho sentir tu página: emoción, emoción con volumen.

Mi amor por la escultura es táctil, y ahora tendré que plantearme que también puedo acariciar el aire y el vacío, sentir la forma de la nada.

Esa combinación que presentas de imágenes y palabras aumenta la sensualidad del receptor y le convierte en protagonista, habitante del arte.
Algo tendrás que ver en ello.
Muchas gracias.

Queda pendiente viajar para estar allí.

Juanjo Albors dijo...

Anna, sabes que tú me has enseñado a "ver" con el tacto pues antes de conocerte veía las texturas y hasta creía sentirlas. Tú me enseñaste a cerrar los ojos y pasar los dedos por mármoles, maderas, aceros y tierras.
Ese viaje que nos debemos, no debe hacerse ya esperar demasiado.

Juanjo Albors dijo...

Esa utopía de Hernani, amigo Cástor, es una deuda pendiente que tengo con Anna y conmigo mismo, ese pasear entre las esculturas de Chillida como en un bosque. Espero que cuando consigamos escaparnos, nos harás de cicerone por "el antiguo" y por "el viejo" de Donosti.

Juanjo Albors dijo...

Y verte emocionada a tí, Carmen (y sé que te ha emocionado), es muy placentero para mí pues completa la ilusión con la que puse tu nombre. Para esa velada emotiva compartiendo afectos, te sugiero las suites para celo de Bach pero, eso sí, interpretadas por Pau Casals. Me ha emocionado ser copnsciente de tu emoción, Carmen. Un beso cargado de sentimiento.

Juanjo Albors dijo...

Las utopías, querida amiga Nuria, están bien para los soñadores que no caminan ni se arriesgan. Para personas como tú, una utopía es sólo una referencia semántica pues dudo que tu espíritu considere, por tus viajes, tus vivencias y tus escritos, una posible realidad como algo utópico. Un beso mediterráneo y un abrazo a Javier.

Juanjo Albors dijo...

¡And the last but not the least!:

Caro Elefante, ha sido un auténtico lujo participar contigo en este homenaje, siempre pobre en comparación con el homenajeado, tanto en obra como persona.

Y ese es mi sueño también, que la arquitectura que habitamos no sea sólo las fachadas de los edificios, que la arquitectura es, principalmente, el espacio, que las fachadas y paredes sólo lo cobijan pero nunca encerrarlo. Quizás así veríamos la arquitectura como algo hermoso (cuando lo fuera) y no como algo sólo fotografiable pues sé que ya sabes, querido Alfonso, que es mucho más facil fotografiar una fachada que un espacio. Las sensaciones de éste no son reproducibles si estás fuera de él.

http://lacomunidad.elpais.com/elefanteblancoster/2008/12/14/el-misterio-la-arquitectura-cxx-y-chillida-

Anónimo dijo...

No entiendo mucho pero me gusta ¿eso es lo que importa no?
Un abrazo enorme

Juanjo Albors dijo...

Eso es lo que más importa, Lita. Porque ¿qué quiere decir entender la música? ¿debes ser un experto para diferenciar una corchea de una fusa?. Sin embargo nadie se preocupa de poder o no poder explicar la música. En cambio, en la pintura y escultura parece como si los educadores, por su propia ignorancia, nos hubieran obligado a "entender" antes que a "sentir".

Un beso, Lita y gracias por la pregunta y tu conclusión.

Anónimo dijo...

Hola mi nombre es Fernando, vivo en Fuerteventura a pocos quilómetros de Tindaya.
Personalmente creo que la idea concebida por Eduardo Chillida es como escultura, una obra de gran valor, pero no les parece demasiado tener que dinamitar el interior de una montaña para llevar a delante el sueño del escultor.
Debería detenerse esta masacre al planeta cuanto antes.
Espero que sean TOLERANTES, así como la sociedad que quiso Eduardo Chillida y publiquen mi comentario. Gracias