Porque vive en el aire, el ave no es consciente de su propio vuelo.
(Inspirado en un proverbio de Costa de Marfil que dice: “Porque vive en el agua, nunca se ven las lágrimas del pez que llora")
El ser humano, quizás por autodefensa tiende a elevarse a las alturas abandonando la Tierra, su medio natural. No es incompatible un pensamiento “elevado” con las ataduras de tu propia condición. Con ellas el pensamiento será fructífero. Sin ellas, el pensamiento puede ser estéril pues toda separación de la Tierra dará pensamientos incompletos.
domingo, 8 de febrero de 2009
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11 comentarios:
Totalmente de acuerdo. No hemos de perder nunca el contacto con la tierra, nuestra base y sustento. Y sí, el pensamiento "en las nubes" es estéril.
... En las nubes y en los cielos, que son más engañosos por estar más elevados que las propias nubes.
Gracias, Elvira
Entiendo que, en ocasiones, podemos perder el equilibrio al centrar nuestra atención más en lo espiritual o en nuestra propia abstracción que en nuestra realidad cotidiana, nuestro presente.
Es lo que me sugerís, no sé si es por donde va el tema.
Un bes, Elvira, Juanjo.
No exactamente, Kaken.
Lo espiritual también pertenece a la Tierra, pero siglos de educación religiosa que buscan desviar las miradas de la Tierra para dirigirlas al Cielo, hacen que las gentes dejen la lucha por la justicia y contra la pobreza, en manos de los que sí tienen sus ojos fijos en la Tierra.
Los Cielos prometidos consuelan al desamparado desviando su atención pues esta vida es, para ellos, tan sólo un valle de lágrimas, tránsito provisional a un futuro mejor.
Mucos bes s para tí, Kaken
Hay espacios para pensar y espacios para soñar.
Cuando ambos se encuentran en el mismo sendero, la marcha se puede hacer mucho más interesante.
Contemplar el árbol recortado contra una nube mientras afirmas el paso contra la hierba quizás no sea poesía, sólo vida.
Un abrazo
"Lo espiritual también pertenece a la Tierra". Sí señor. Un abrazo a todos
¿Y cuando caminas sobre nubes, atrapando sueños, por encima de lo que te han querido enseñar y no has querido aprender, por encima de lo que la vida se empeña en quitarte y tú en darte, y ves el cielo que te has fabricado sobre la hierba?
Mi cielo vive dentro de mí y desde él miro hacia el mundo. Da igual que lleve mi mirada hacia la hierba que hacia las nubes, Juanjo, el caso, desde mi perspectiva de vaca, es no estar esperando por él y seguir volando y distinguiendo las lágrimas de pez en medio de los océanos.
La frase de las lágrimas de los peces me recuerda mucho al dolor de las mujeres que pierden hijos por hambre e insalubridad. A esos niños que mueren, y también a las personas que trabajan como exclavos. ¡Cuántas veces habré escuchado decir que su dolor es distinto porque ya están acostumbrados...! Pues sí claro que es distinto al de llorar porque no tienes para pagarte el coche o para una tele nueva...
Un beso, Juanjo, con los pies en la nubes y la boca en la hierba. (una vaca así daría una buena foto :) )
Por si algún día vuelves por aquí, que sepas que en el ala oeste hay una cosita para ti.
Chusa
Juanjo, ¿por qué no te traes tu última entrada en el otro blog para acá? Me parece una iniciativa muy interesante.
Vale, Elvira, lo haré. Es que me da un cierto apuro porque no quiero que parezca propaganda (me conformo con que parezca publicidad). Me pongo en ello.
Gracias por tu interés, amiga.
Pues me alegro de haberte dado un empujoncito. :-)
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